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¿Cuál es el origen del trasplante de cabello?

Escrito por:El doctor Enrique Orozco

¿De dónde viene el trasplante de cabello? ¿Hubiera alcanzado la tecnología hace 200 o 300 años para conseguir resultados similares a los de hoy? Revisemos la historia del injerto de cabello.

Desde Egipto y Roma se buscaba una cura

En la medicina hay un área que podría parecer banal, pero su impacto social es reconocido universalmente: el estudio del cabello. De mero anexo de la piel pasó a ser una parte importante de la presentación y personalidad para ambos sexos en todas las culturas, representando fortaleza y juventud, relacionándose con nuestra seguridad y confianza.

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Aunque pudiese parecer una necedad vanidosa, nos hemos dedicado a estudiar la causa de su caída del cabello. Parece increíble, pero tiene pocos años que gracias a un mayor conocimiento de la genética y la química de las hormonas hemos comenzado a dilucidar lo que nos lleva a esto.

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Todo inicia en Egipto y Roma, cuando sus habitantes se aplicaban ungüentos, menjurjes y bálsamos buscando una cura a lo que después llamaríamos Alopecia Androgénica o Androgenética. Hoy aún no sabemos si hay cura, pero sí una solución efectiva: el injerto de cabello.

Sucede por primera vez en Alemania

Saltemos a 1822, cuando se documenta por primera vez como opción el trasplante capilar. En Winsburg, Alemania, J. Dieffenbach investigó para su tesis doctoral el concepto de autotrasplante de pelo, plumas y piel en animales. Eso nos permitió descubrir que es viable, y es el primer pilar de la ciencia moderna del implante de cabello e injertos de piel autólogos.

Autoinjertos en Japón

Posteriormente, en 1939, comenzó la era moderna del trasplante de cabello. El doctor Okuda, dermatólogo japonés, comenzó a utilizar pequeños autoinjertos para corregir diferentes alopecias en cuero cabelludo, cejas y bigote. Poco a poco perfeccionó su técnica, y descubrió que mientras más pequeño el punzón o sacabocados que usaba obtenía resultados más naturales.

Fue el Segundo pilar del trasplante de cabello, que nos permite hacer el trabajo que hoy hacemos.

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En 1943, el doctor Tamura reportó que trató a 137 pacientes con alopecia no androgénica de diversas etiologías para restaurar el vello púbico femenino. Observó que los injertos de un solo pelo eran casi indistinguibles de los vellos con crecimiento natural y que los injertos más grandes, con más cabellos, producían una apariencia poco natural. Debido a la Segunda Guerra Mundial, ambos trabajos se perdieron para occidente por el bloqueo temporal del intercambio de conocimientos.

La zona donadora

A inicios de 1950 el doctor Norman Orentreich, dermatólogo neoyorquino, acuñó por primera vez el término “dominancia del donante”, donde describe la relevancia de la zona donadora del cuero cabelludo. Es decir que las zonas posterior y lateral de la cabeza son resistentes a la calvicie. ¡Pum! Tercer y más importante pilar para las técnicas modernas de implante capilar.

En 1952, Orentreich realizó el primer trasplante capilar. El problema es que cada injerto contenía 20 a 30 cabellos por punto. El punzón o punch que usaba era de 4mm. en promedio y provocaba una queja muy común: “resultado poco natural” o “parece pelo de muñeca”.

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Aun así, fue el procedimiento más usado hasta los 80. Por esta técnica, muchos consideran al doctor Orenteich padre del trasplante de cabello. Pero, sin temor a equivocarme, el título debería ser para el doctor Okuda pues contribuyó más al procedimiento como lo conocemos hoy.

Ovación de pie

Para nuestra fortuna, la vida hace justicia y en 2015 en Chicago, durante el Annual Meeting de mi gremio, la familia del doctor Okuda recibió el reconocimiento póstumo por su trabajo. Me siento orgulloso de haber estado en aquella sala llena de médicos ovacionando a su hijo y nieta. A esta altura seguro deduces a qué me dedico: sí, el trasplante de cabello.

Retomando la cronología, los 80 podrán recordarse por grandes acontecimientos históricos. Para mí, como para muchos hombres, el más relevante es el final de los injertos de pelo de muñeca. En 1984 inicia la era de los trasplantes modernos y se introduce el término “mini-injerto”. Con los años se inicia el uso de “microinjertos”.  Al usar la técnica combinada “mini-microinjertos”, superaba y dejó en desuso a la anterior.

El hito del trasplante de cabello

En 1995, se desarrolló la Técnica FUT (Follicular Unit Transplantation). Idea del doctor Bernstein y el doctor Rassman, evoluciona la industria del trasplante capilar, y acuñan el término “unidades foliculares”. En un inicio su adopción fue difícil, pero el Internet y la constante demanda de los pacientes la convirtieron en el estándar de oro de esa época.

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En 2002 se desarrolla la Técnica FUE (Follicular Unit Extraction), basada en la idea del doctor Orentreich, pero con un punch de menos de 1mm. Para mi gusto, el hito más importante en la historia moderna del trasplante capilar. Por cierto, también con ideas de los doctores Rassman y Bernstein.

¿Y en México?

En nuestro país también ha existido mucho desarrollo, y hemos logrado colocarnos como uno de los líderes de cirugías de injerto capilar por calidad y volumen. El más grande esfuerzo hasta hoy es la conformación de la AMETREC (Asociación Mexicana de Tricología y Restauración Capilar) en 2019, por el doctor David Pérez-Meza (primer mexicano certificado por el Board Americano), el doctor Luis Nader, y un servidor, para profesionalizar esta nueva rama de la medicina en el país con educación médica continua.

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Aquí de regreso a la premisa inicial: ¿se podría realizar esto 200 o 300 años antes? La respuesta es sí. Seguramente trabajaría con alguna de las técnicas descritas. Lo que me lleva a concluir que lo más importante que tenemos es nuestra memoria histórica y la pasión por lo que hacemos. ¿Cuántos podemos decir lo mismo de nuestra profesión? Por ello dedico estas líneas a todos los que me permiten hacer la increíble labor que hoy hago: cambiar vidas gracias al trasplante capilar.

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