La semana pasada platicaba con uno de mis pacientes sobre los celos y le explicaba que cuando nos enamoramos, nuestro cerebro se ve exactamente igual que el cerebro de los adictos al realizar una resonancia magnética; se activan las mismas áreas y la información se procesa exactamente de la misma manera.
Ante estos datos, me surgen varias preguntas, por ejemplo: ¿Qué pasa si le quitamos a un adicto su sustancia predilecta? Si nuestro cerebro funciona de la misma manera ¿No será que los celos son, de alguna manera, similares al síndrome de abstinencia? ¿Por qué entendemos a unos y descalificamos a los otros? ¿Acaso el adicto no es co-dependiente? Bajo este argumento ¿Acaso es posible el enamoramiento sin dependencias?
Y cabe aclarar que la etapa del enamoramiento es distinta a la del amor, pero si no experimentas dependencia, desesperación, ansiedad, celos y deseos de control sobre la otra persona, en efecto NO ESTAS ENAMORADO(A).
¿Es este un nuevo descubrimiento? Pues depende de lo que entendamos por nuevo, si 15 años de estar estudiando el fenómeno y constatar en diversas investigaciones que en efecto así funciona te parece nuevo, entonces lo es, aunque en términos de investigaciones científicas, es conocimiento bastante antiguo.
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El problema que evidencian estos desarrollos, es que en la mayor parte de América Latina e incluso, en España, seguimos supeditados a las ideas teóricas de escuelas psicológicas que se desarrollaron cuando no teníamos evidencia, cuando lo mejor que podíamos hacer era jugar a las sospechas, sin embargo, siguen repitiendo las mismas ideas absurdas y anacrónicas una y otra vez.
No, los celos no son falta de autoestima o amor propio; los celos son un mecanismo automático de nuestro cerebro y, de hecho, lo anormal es que no los experimentemos. Si alguien no siente celos, es altamente probable que tenga las características cerebrales de un psicópata.
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Si queremos sanar, tenemos que empezar por entender cómo funciona la enfermedad, y si en lugar de basarnos en la evidencia, nos basamos en lo que dijo Juan Pérez, el remedio de la abuelita o Freud, estaremos condenados a la falta de entendimiento sobre nuestra propia naturaleza y nos vamos a dedicar a señalar, acusar y juzgar a los demás, que por definición, tampoco es una actitud muy sana que digamos.
Estos datos deberían ayudarnos a entender que es un mecanismo natural de nuestras cabecitas locas y en lugar de querer quemar en leña verde al celoso, deberíamos desmitificarlo, asumir que es normal y dejar de lado los sentimientos de vergüenza y culpa que frecuentemente experimentan aquellos que celan.
Poligamia, poliamor y otros conceptos para entender las nuevas relaciones
Lo importante NO es lo que sientes, sino lo que haces con lo que sientes. Si por sentir celos agredes y te pones violento en contra de tu pareja, tienes un problema. Si usas tus celos para comunicarte y construir una relación sólida, para buscar el entendimiento, solidaridad y comprensión entre ambos, entonces no hay nada criticable en lo que sientes.
El autor es Psicoterapeuta con especialidad en Intervención en Crisis y Maestría en Psicología de la Salud Por la Universidad Autónoma de Barcelona. Contacto: hola@jmoropeza.com