Cuando se habla de inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico, un temor está siempre latente ¿podrían las máquinas reemplazar el trabajo humano?
A través de libros, películas e incluso caricaturas, se ha planteado una visión utópica donde las máquinas solucionan todos los problemas y en la cual basta con tan sólo presionar un botón para que la vida esté resuelta. Esto aún no es una realidad, pero lo cierto es que todo se está transformando a un ritmo acelerado y sólo hay una cosa que hacer: adaptarse.
En los años 60, Los Supersónicos hacían videollamadas que en aquel momento parecían producto de la fantasía. Actualmente, junto con la robótica, la IA ha evolucionado en beneficio de la economía y la productividad.
Aún no es claro si eventualmente la IA desplazará a la inteligencia real. El término surgió en 1956, pero se ha vuelto más popular por el incremento del acceso de datos, los algoritmos avanzados y las mejoras de la informática en general, lo que ha abierto el camino para el desarrollo de sistemas de automatización. Prueba de ello son algunas herramientas que ya están al alcance del teléfono y que sirven para navegar (Google Maps), transportar (Uber) o seleccionar música (Spotify).
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Stephen Hawking aseguró que “La creación de la Inteligencia Artificial podría ser el evento más grande en la historia de nuestra civilización”. Y ahora las empresas deben prepararse para enfrentar futuros cambios, especialmente en lo económico y laboral.
El desarrollo tecnológico ayudará a mejorar la calidad de vida; reducirá los costos de transporte y comunicación, la logística y las cadenas de suministro a nivel mundial serán más efectivas y el costo del comercio disminuirá, lo que impulsará el crecimiento económico.
Sin embargo, con la llegada de la automatización, la mano de obra podría verse disminuida y los expertos tienen opiniones encontradas respecto a la posibilidad que los trabajadores se vean desplazados por las máquinas; algunos no concuerdan con el impacto que las tecnologías de automatización podrían tener en la fuerza de trabajo, otros advierten sobre un desempleo asombroso, mientras que unos más señalan que se pueden crear nuevas categorías de empleo.
Aun cuando algunos empleos como los de telefonista, chofer, obrero, empleado bancario, vendedor, bibliotecario o agente de viajes ya se han visto afectados, es prematuro decir con exactitud qué trabajos se erradicarán en el futuro por el impulso de la IA y las nuevas tecnologías.
Una pregunta que hasta ahora Google no ha podido responder es quién podrá realizar mejor un trabajo: ¿el humano o la máquina? Tratar de responder eso sería como intentar resolver el dilema sobre si fue primero el huevo o la gallina.
Entre las ventajas de las computadoras destacan el poder asimilar y procesar información más rápido o realizar cálculos más precisos que los humanos sin cobrar horas extras, sin quejarse y sin exigir vacaciones pagadas. Además de que no son influidas por emociones, sentimientos, deseos o necesidades como los simples mortales.
Por su parte, los humanos son superiores a las computadoras de otras maneras; son capaces de tomar decisiones y resolver problemas basados en su inteligencia e instintos, su sentido común, y, quizá lo más importante, sus experiencias de vida.
Pero no se trata de competir sino de complementar. En este entorno cambiante, las tareas y habilidades laborales no estarán exentas de un cambio, pero también se generarán demandas y oportunidades en nuevos mercados y condiciones para adultos, jóvenes, hombres y mujeres.