¿Cómo elegir una rutina de ejercicio que se adapte a tu estilo de vida?

Seguro te ha pasado que cuando por fin te decidiste a hacer ejercicio, lo siguiente que te detiene es no saber qué tipo de ejercicio elegir… hay tantas posibilidades y escuchamos tantas recomendaciones de amigos que el simple hecho de pensarlo suele quitarnos nuevamente el ánimo; sin embargo, aquí tenemos la guía definitiva para que hagas ejercicio sin tener que cambiar todo en tu vida.

Para empezar, ¿qué te motiva a hacer ejercicio? A partir de esta pregunta, se despliega toda una serie de posibilidades en las que algunas de tus probables respuestas serían: por salud, para verme mejor, para tener más energía, para desestresarme, entre otras cuantas.

Ahora, veamos de cuánto tiempo dispones al día para dedicarte a esta actividad. De estas dos respuestas, podrías elegir rutinas aeróbicas o de fuerza; mientras que las primeras usualmente se concentran en perder peso y eliminar grasas, las segundas se practican con el anhelo de tener músculos fuertes y bien definidos.

Como ejemplo del ejercicio aeróbico encontramos actividades como correr, practicar ciclismo o natación o realizar combinaciones de movimientos que al ir aumentando sus repeticiones, harán que tu ritmo cardíaco se sienta más fuerte.

Por otro lado, las rutinas de fuerza suelen tratarse de levantar peso y hacer repeticiones de movimientos en series. Usualmente, cuando apenas nos estamos iniciando en la actividad física, se estila practicar actividades de volumen, para que los músculos se encuentren trabajados lo suficiente como para pasar a las actividades de definición, en las que terminaremos por esculpir la figura corporal que deseamos.

En ambos casos, los resultados del ejercicio están ligados a otra actividad indispensable en el día a día: comer. Mientras que los ejercicios aeróbicos están pensados en perder peso y mejorar la salud, los de fuerza tienden a buscar un fin estético. Es por eso que en los aeróbicos la dieta suele ser equilibrada, keto y se practica el ayuno intermitente, mientras que en los ejercicios de volumen se recurre a una dieta hipercalórica.

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Finalmente, piensa en aquello que te causa interés: alguna actividad de introspección como el yoga, el contacto físico que se da en las artes marciales o el combate, la defensa personal, la adrenalina que ofrece la escalada, el compañerismo del fútbol… tú decides.