Un factor de estilo de vida a menudo subestimado que alimenta directamente nuestra salud es la convivencia con la naturaleza.
¿Sabías que pasamos el 90 por ciento de nuestra vida en interiores? Trasladándonos de la casa a la oficina, pasando probablemente más de ocho horas al día trabajando y realizando nuestras actividades diarias normales, vemos la naturaleza más en nuestros televisores que en la vida real.
No solo es una estadística deprimente, sino que hay beneficios reales para la salud de estar al aire libre que nos estamos perdiendo cuando estamos confinados en nuestros hogares y edificios de oficinas. Las investigaciones sugieren que solo 120 minutos (es decir, dos horas) por semana se asocian con la buena salud y el bienestar. Desde mejorar nuestro estado de ánimo hasta sentirnos más relajados, estar al aire libre es algo que todos podríamos usar más.
A principios de la década de 1980, la agencia Forestal de Japón comenzó a aconsejar a las personas que dieran paseos por el bosque para mejorar su salud. La práctica se llamaba baño en el bosque, o shinrin-yoku, la cual consiste en dar paseos por el bosque de forma meditativa, conectándonos con los 5 sentidos.
Entre la contaminación, las alergias estacionales y los bichos raros afuera, algunos de nosotros preferiríamos quedarnos adentro con la mayor frecuencia posible.
La mayoría de nosotros piensa en la contaminación como el humo de una fábrica o el escape de un automóvil, pero la contaminación del aire interior significa que nuestras casas también están cargadas con ella y, a menudo, a niveles significativamente más altos que los que se encuentran afuera. Contribuyen la ventilación inadecuada, las pinturas, los productos químicos de los productos domésticos y personales y el moho. Por lo que es aconsejable dar paseos recurrentes por la naturaleza.
Otro beneficio importante de convivir con la naturaleza es la exposición al sol. Cuando los cuerpos producen vitamina D, que desempeña un papel fundamental en la salud (la vitamina D controla la expresión de más de 200 genes y proteínas). Las funciones de la vitamina D en nuestro cuerpo incluyen metabolismo mineral, inmunidad, regulación de la inflamación y regeneración de células. Además, las células que atraviesan el cuerpo, incluyendo la piel y los ojos, afectan directamente la región hipofisaria y la región hipotalámica del cerebro cuando son estimuladas por la luz azul del sol. Como resultado, la exposición al sol (y la exposición a la luz del día en general) es vital para regular nuestro ritmo circadiano y mejorar la calidad del sueño.
Dar un paseo al aire libre puede ayudar. Los investigadores han descubierto que simplemente estar al aire libre en contacto con la naturaleza puede mejorar nuestro estado de ánimo y reducir la depresión y la ansiedad. Escapar del interior y salir al exterior también puede impulsar la creatividad; es una de las razones por las que las reuniones a pie se están volviendo más populares.
¿Has escuchado el término coloquial de “hacer tierra”? Es una forma de conectarse con la naturaleza caminando descalzo. Nuestros pies atraen las cargas eléctricas de la tierra, lo que permite al cuerpo reequilibrar sus cargas eléctricas, un proceso básico para mantener la vitalidad y la salud. Los resultados son una mejor calidad de sueño, una reducción de la inflamación, además de reducir el estrés.
Las personas sin síntomas de TDAH también pueden mejorar su atención y concentración al interactuar con la naturaleza, sugiere la evidencia. Un estudio de la Universidad de Michigan encontró que las personas mejoraron su memoria a corto plazo en un 20% después de una caminata por la naturaleza, pero no tuvieron cambios después de caminar por las calles de la ciudad.
Los árboles infunden al aire compuestos que pueden tener efectos muy positivos en los seres humanos. Estos compuestos se llaman fitonicidas y un estudio publicado en 2009 encontró que en realidad pueden disminuir los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, tanto en hombres como en mujeres.
Diversas investigaciones señalan que pasar tiempo en la naturaleza puede aumentar significativamente la actividad de los glóbulos blancos llamados células asesinas naturales (NK). Las células NK ayudan a combatir los virus y las células tumorales.
Estos efectos positivos se atribuyen a los fitómidos, que son aceites esenciales de madera antimicrobianos de árboles como el alfa-pineno y el limoneno, la exposición a fitoncidas puede aumentar significativamente la actividad de NK junto con la reducción de los niveles de la hormona del estrés y el aumento de la expresión de proteínas anticancerígenas.
Caminar habitualmente en entornos forestales parece reducir la presión arterial al disminuir la actividad del nervio simpático. Los baños de bosque también tuvieron efectos positivos sobre los niveles de la hormona del estrés.