El bondage es una práctica que consiste en la inmovilización del cuerpo de una persona, su base principal es un juego de dominación y es una práctica bastante extendida alrededor del mundo. Una de sus fiestas más grandes se lleva a cabo en San Francisco. Folsom Street, el nombre de la calle donde desde entonces hay foros para prácticas bondage, es el centro de esta cultura desde la década de los 60. Fue gracias a un reportaje de la revista Life que San Francisco se convirtió en “la capital gay de América” y a partir de entonces la cultura bondage empezó a permear en esa calle y en toda ciudad.
Durante las dos décadas siguientes se siguieron realizando pequeños eventos. En la década de los 80, con la crisis de enfermedades de trasmisión sexual, varios foros de la cultura fueron cerrados y a partir de la censura un grupo de activistas decidió hacer una feria en las calles. La primera edición de Folsom Street fue en 1985 y desde entonces se realiza año con año.
Actualmente, cada último domingo de septiembre, para cerrar la Leather Pride Week (semana del orgullo del cuero), millares de personas salen a desfilar con nada más que diminuta ropa de piel negra cubriendo sus cuerpos. El evento tiene lugar, precisamente, en Folsom Street y es justo su ubicación de donde el desfile toma su nombre: Folsom Street Fair. El highlight de la fiesta bondage es ver a 400 mil personas, una detrás de la otra, en un ambiente festivo que, por supuesto, incluye caravanas de dominantes con ejércitos de sumisos, personas disfrazadas, gente enmascarada y curiosos que contrastan con el paisaje de estoperoles y cuero.
Al tratarse del evento más grande de la cultura BDSM (bondage, disciplina, sadismo y masoquismo), las actividades no se limitan a los desfiles. Llaman la atención los espacios de expositores que venden todo tipo de artefactos, juguetes y accesorios; los últimos inventos y lanzamientos de productos fetichistas tienen lugar en Folsom Street Fair. Además, es de las pocas ocasiones en las que se realizan en la calle, a ojos de todos los asistentes, demostraciones de sumisión y sadomasoquismo. Hay también DJ’s y zonas para bailar, escenarios con artistas que realizan actos eróticos, estaciones de juegos públicos para quien quiera iniciarse en la cultura y áreas en las que se permite estar desnudo. Eso sí, está completamente prohibido tener relaciones sexuales durante el festejo.
La gran pregunta que emerge alrededor de toda la fiesta bondage es por qué no lo han suspendido si se trata de un evento tan irreverente. La respuesta es sencilla, además de ser el escaparate más sobresaliente de la cultura BDSM, todas las ganancias obtenidas de él se donan íntegras a asociaciones civiles sin fines de lucro, razón por la que cuentan con el apoyo de mucha gente de la comunidad, voluntarios y patrocinadores. Se estima que al año juntan alrededor de 300 mil dólares.
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