Los “expertos” de principios del siglo pasado no podían creer que se tratara de una cerveza mexicana.
Hace 130 años, la cerveza Carta Blanca no tenía nombre. Lo adoptó después de que en 1890 se intentara hacer una cerveza propia y se le enviara una muestra a los Reyes de España, para conocer su opinión.
Esta se presentó en forma de una hoja de papel en blanco que sólo traía impreso el sello real. Así fue como se convirtió en lo que conocemos.
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Los “expertos” de principios del siglo pasado no podían creer que se tratara de una cerveza mexicana. Estaban convencidos de que sólo los europeos, especialmente los alemanes, podían darse el lujo de fabricar esa bebida de dioses.
Sin embargo, la cerveza comenzó a ganar sus primeros premios. Entre otros reconocimientos, recibió el de la exposición de Missouri, Chicago, Río de Janeiro, Múnich (¡tómala!), Bruselas, París y Madrid.
Carta Blanca ha cambiado de imagen, adoptado la corcholata y hasta incorporó una tapa quitapón, pero lo que se mantiene sin modificaciones es su color dorado y su tan característico estilo lager.
Reciclaje de aluminio, riqueza de hojalata
Para celebrar los 130 años de la marca, Open y Carta Blanca tienen para ti un kit especial con seis tarros conmemorativos en los que podrás disfrutar de una buena cerveza bien fría y tal vez, una carnita asada.
Sólo tienes que enviarnos un correo a promociones@playboy.com.mx y compartirnos cuál ha sido tu mejor recuerdo con Carta Blanca y tu portada favorita de Open, ¡salud!