El estrés es el acompañante de cualquier habitante de una gran ciudad, es como una oscura sombra que está atrás siempre de terribles enfermedades.
El estrés es el acompañante de cualquier habitante de una gran ciudad, es como una oscura sombra que está atrás de nosotros a cada minuto del día. Por desgracia, nos hemos acostumbrado tanto a él que ya lo vemos como algo cotidiano o peor aún, como una emoción más. El estrés es muy perjudicial para la salud física y mental y provoca todo esto si no se sabe sobrellevar:
Enfermedades como colitis, gastritis, colon irritable y demás son enfermedades que pueden ser causadas por el estrés. Molestias y padecimientos como nauseas, dolor abdominal, diarrea e inflamación vienen incluidas en el paquete. Cuando se está sometido a mucho estrés, estas enfermedades aparecen de la nada y lo peor, se quedan un buen rato.
Uno de los impactos más negativos que el estrés ocasiona es que nuestro sistema inmunológico se debilita, permitiendo que sea más vulnerable y más propensos a sufrir enfermedades como gripe, influenza o algún tipo de herpes.
Debido al estrés, muchas personas pueden padecer ansiedad, depresión, ataques de pánico, etc. Te recomendamos no descuides tu salud mental porque por muy fuerte que seas, el problema llega pero sin avisar.
Cuando se está muy estresado, la presión arterial aumenta, lo que ocasiona dolores de cabeza o migrañas intensas. Un síntoma para saber que son causadas por el estrés es que estos dolores se presentan en un una determinada época (exámenes, fechas de cierre laboral, evaluaciones, etc). Si no descansas, estos problemas se agrandan y se vuelven crónicos.
La sexualidad también se ve bastante afectada por esté “mal moderno”. En el caso de los hombres puede provocar eyaculación precoz o disfunción eréctil; en las mujeres disminución del deseo sexual, dificultades para alcanzar el orgasmo o irregularidades en su ciclo menstrual.
Si estás presentando algunas de estas enfermedades o síntomas, acércate a tu médico de confianza y recuerda que el estrés no es ningún juego.
Texto por : Mariana Itzel Ramírez