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Sexo espacial: ¿es posible hacer el delicioso en gravedad cero?

El sexo en el espacio suena a fantasía sexual, pero los estudios indican que podría no ser tan sencillo y placentero como lo pintan en las películas.

Escrito por:Iván Montejo

Hace algunos años se filtró en Internet un documento que describía una extraña misión espacial. Según el texto, los astronautas de la misión STS-75 participaron en un experimento para determinar cuál posición sexual era la más efectiva en gravedad cero.

Se describe que se probaron diez posiciones convencionales, de las cuales en seis tuvieron que utilizar cinturones y un túnel inflable para combatir los problemas de movilidad. La investigación fue tan detallada que aparentemente se grabaron hasta diez horas de las calientes sesiones.

En numerosas ocasiones la NASA ha asegurado que el documento se trata de un engaño y argumenta que en aquella misión únicamente participaron hombres. A pesar de esto, muchos siguen convencidos en la verdad de la extraña misión.

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No es extraño, el estado actual del planeta ha llevado a científicos a explorar la posibilidad de crear colonias espaciales. Los alimentos y servicios básicos serían un tema importante, pero el sexo sería fundamental para su supervivencia.

A pesar de la importancia, la NASA asegura que nunca ha sucedido una relación sexual interplanetaria y los astronautas prefieren no hablar del tema. En apariencia, el único descubrimiento sobre el tema son los experimentos sobre la reproducción animal en el espacio.

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Suena tentador, pero en cuestiones prácticas sería muy difícil realizar. Los astronautas tienen muy poca privacidad, en la Estación Espacial no existe una gran privacidad y el baño es más un asiento con una cortina. Además su itinerario está lleno y no tienen mucho tiempo libre, aunque la hora de dormir puede ser el momento ideal. A pesar de estas limitaciones, seguramente ha pasado por la mente de varios astronautas ser los primeros en tener sexo en el espacio.

Han existido oportunidades para que parejas consumaran el acto en gravedad cero. En 1990 surgieron rumores sobre una relación entre Elena Kondakova y Valery Polyakov, y un año después  Jan Davis y Mark Lee se convirtieron en el primer matrimonio en viajar al espacio en la misma misión. En ambos casos los astronautas se negaron a contestar preguntas sobre sus relaciones personales.

Pero lo cierto es que si bien para los astronautas el panorama no ha sido idóneo para intentarlo; lo cierto es que la nueva búsqueda de la conquista del espacio, apunta al turismo y los viajes por placer; placer que se extendería también al deseo de lograr un acto sexual literalmente fuera de este planeta.

¿Cómo sería el sexo en el espacio?

Parece un sueño erótico, pero estudios recientes apuntan a que sería una experiencia complicada, por decir lo menos. La falta de gravedad y los movimientos constantes pueden causar mareos, además el esfuerzo implicaría una gran cantidad de gotas de sudor y la mayoría de las personas experimentan una presión baja, lo que se traduce en la reducción del flujo de la sangre y problemas para alcanzar una erección.

Este último punto es uno de los que más dificultarían el acto, en la tierra “a cada acción siempre se opone una reacción igual”, por lo que los movimientos sexuales siempre tienen una reacción. Sin embargo, en el espacio  el más mínimo toque puede provocar una de las partes salga volando, así que, de no agarrar bien a tu pareja te podrías quedar sin ella en pleno éxtasis.

Para combatir este problema Vanna Bonta ideó el 2suit, un traje donde pueden estar dos astronautas que deseen saciar su ímpetu sexual. La especie de saco para dormir puede estabilizar a las parejas, eliminando por completo el problema de la Tercera Ley de Newton.

Otra perspectiva es la de los investigadores canadienses  Simon Dubé y Dave Anctil, quienes ponen sobre la mesa una alternativa para que los viajeros espaciales puedan saciar su necesidad carnal sin que eso ponga en riesgo la misión: los erobots, que se podrían adaptar a las necesidades de cada usuario; pues una de las preocupaciones respecto a misiones espaciales es la forma en que podría afectar la dinámica del equipo, el riesgo de embarazo y las consecuencias que podría tener para el bebé, así como otros conflictos personales.

Por lo pronto, todo es especulación, pero la evolución de la tecnología y la situación del planeta puede hacer que en algún tiempo sea una realidad.

Con información de: Slate / El Confidencial

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