Las generaciones han cambiado. La tecnología ha rebasado el romance y hoy por hoy, casarse dejó de ser una prioridad en la vida de muchos…
TEXTO POR: Psic. ERICK Rosales, Mtro. en Terapia Familiar Sistémica.
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Los Millennials ya establecimos un cambio drástico no sólo en la tasa de divorcios sino en una fuerte disminución en matrimonios; se ha hecho más popular la unión libre. ¿Qué pasará con la generación Z? Estos jóvenes que no tienen más de 20 años y muchos siguen en prepa.
El mundo actual cambia con mayor velocidad, el conocimiento pasa a ser obsoleto más rápido que nunca, además de un fuerte sentido de inmediatez que ya está presente en los millennials, pero que, esta generación Z, parece haberlo potencializado mucho más.
Los millennials seguimos siendo los nuevos, y por cierto, bastante criticados en el ámbito laboral, pero no olvidemos que los postmillennials están todavía en prepa, máximo en universidad. Realmente no sabemos cómo impactarán a la sociedad cuando tengan nuestra edad.
Es un hecho que habrá diferencias, aún no se sabe con certeza en cuáles áreas impactarán con mayor intensidad, pero seguramente la forma de vivir las relaciones sentimentales será diferente. ¿Qué tanto? Bueno una posibilidad es que la tendencia que ya existe, es decir, una disminución en la tasa de matrimonios siga, pero incluso, podría incrementar dicha tendencia. No significa que sea malo, pero sí es muy interesante, realmente no sabemos cómo será este mundo en 15 años.
La tecnología genera un mayor sentido de inmediatez y por ende, un mayor aburrimiento. Nos hartamos más rápido de las cosas y de las personas sumando el hecho de que hay menor compromiso en las relaciones. Me parece que otros psicólogos siguen refiriéndose a los millennials como la nueva generación. Los jovencitos ocupan temas de su actual realidad, como la sexualidad en su temprana edad, su perfil frente a la educación, etc., pero me parece que falta empezar a preguntarnos sobre lo que pasará cuando esta generación Z tenga nuestra edad. Abordemos el tema correlacionándolo con la temporalidad, es decir, ¿qué onda con ellos en 10 años? En mi opinión no habrá un cambio tan radical como entre la generación X y los millennial, pero esto no quiere decir que no habrá.
Otra incógnita interesante es el número de relaciones de pareja del mismo sexo, porque pese a que en los adultos jóvenes de la actualidad hay una mayor aceptación, se especula que los jovencitos lo ven aún más normal, cada vez son más las series y películas que incluyen personas con orientación sexual a su mismo sexo. Series en las que su target son los de prepa y secundaria, por ejemplo: elite, una serie española en la no se presenta únicamente homosexualidad y bisexualidad, sino también, una pareja de jóvenes de prepa que llegan al acuerdo de tener sexo con un tercero. Así como esta serie, muchísimas más ya presentan otras normalidades. Esto está perfecto, el incremento de la libertad, del aceptar la diversidad, pero ¿verdaderamente podrá aumentar la apertura a las relaciones del mismo sexo?
¿Aumentará la unión libre? Y si sí, la siguiente interrogante es, ¿generará más felicidad? Porque de alguna manera, el matrimonio invita más a procrear. El que haya menos matrimonios puede implicar menos hijos. Retomemos nuevos estudios que revelan que los hijos disminuyen la felicidad o como mínimo incrementa el estrés en los padres. En parte es que el mundo laboral y la situación económica ha cambiado y por lo tanto, la presión económica que genera un hijo es peor. Hay diferentes posturas, algunos autores aseguran que el segundo hijo es el detonador de una amargura total, mientras que otros dicen que desde el primogénito. Obviamente existen también quienes persiguen una felicidad a través de la procreación y definitivamente no es que va a extinguirse la especie humana. Ojalá este planeta pudiese empezar a eliminar esta plaga humana pero no es así. Lo que es real es que la forma en que vivirán los hijos de la generación Z será diferente y debemos empezar a cuestionarnos más el cómo será la siguiente etapa de estos jóvenes. ¿Estamos educándolos bien?