Conoce al activista que revolucionó la liberación de la comunidad gay en México

La evolución de los movimientos sociales deben ser por algo bueno. Y la comunidad gay en México lo vivió gracias a David Ramón, crítico, investigador, historiador cinematográfico y catedrático universitario. Además de ser director-fundador del Festival Internacional de Cine Gay que organiza con la UNAM y ha logrado cumplir con gran esfuerzo una decena de ediciones respecto a la homosexualidad en México.

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Pero su historia en el activismo de la comunidad LGBT se remonta casi medio siglo atrás. Ya que Ramón es miembro fundador del Frente de Liberación Homosexual de México en 1972, un conjunto de creadores y amigos de distintos ámbitos que afirmaron y resignificaron el sentido de la homosexualidad en nuestro país para las futuras generaciones.

Sus ideales se plasmaron en la redacción de un primer manifiesto gay que concentró la identidad y la búsqueda de respeto de sus integrantes. “Contra la práctica del ciudadano como botín policíaco” fue firmado en 1975 por 83 personalidades de la cultura que incluyeron a Juan Rulfo, Carlos Monsiváis, José Revueltas Elena Poniatowska, Salvador Elizondo y el propio David Ramón.

Entrevista original de Playboy

PLAYBOY: ¿Cuál era la situación de la comunidad en México al momento de la fundación del Frente de Libración Homosexual? ¿Qué derechos y garantías tenían?

RAMÓN: Era una situación de mucha represión y persecución por parte de la policía y los chantajistas. Nos unimos para decir que no somos seres enfermos ni criminales y exigimos respeto. La sociedad no aceptaba la homosexualidad como una elección, como el nacimiento de una identidad sexual. Es como nacer con los ojos azules. La gente no se va a operar para no tenerlos así. Había que asumir como una cosa natural que no es una enfermedad; eso ya lo había declarado la Sociedad Psicoanalítica Mexicana y ahora ya lo dijo la ONU.

PLAYBOY: ¿Qué hicieron ustedes para formar el Frente?

RAMÓN: Decidimos unirnos y analizar todos estos fenómenos para publicar el Manifiesto donde expresamos todas estas ideas y pedimos respeto. La palabra “tolerancia” no me gusta porque significa que algo no es bueno, que no nos gusta, pero lo toleras de todas maneras. Fue un fenómeno de varios meses. Y quien fue la verdadera principal en todo fue [la actriz, escritora, locutora, dramaturga y directora de teatro] Nancy Cárdenas. Eso fue muy interesante porque entonces, como ahora, había una división entre las lesbianas y los gays. El Manifiesto nos vio como un grupo de hombres y mujeres, porque el lesbianismo también ha vivido una discriminación aparentemente invisible pero muy efectiva.

PLAYBOY: ¿Cuál era el trato del Estado y la sociedad hacia la comunidad?

RAMÓN: El Estado y la sociedad nos daban un trato de discriminación y de condena. Ahora parece imposible pensar eso, pero era así. No había una ley en el Código Mexicano, ni en la Constitución, no era un delito, pero se aprovechaban los chantajistas y la policía. La policía hacía redadas en los bares, en las fiestas gays para llevarse a la cárcel a los homosexuales.

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PLAYBOY: ¿Tenían ustedes algún espacio seguro? ¿Bares, colonias, sitios de reunión o todo era clandestino?

RAMÓN: Como éramos un grupo de amigos, siempre fue en la casa de Nancy Cárdenas. Su pareja en ese entonces era la antropóloga Beatriz Bueno. Ellas prestaron todo el tiempo su casa para hacer reuniones semanales. Ahí formulamos todo lo que nos interesaba. Fueron fundamentalmente seis u ocho meses de reuniones para lograr el Manifiesto. Hubo una gran represión en los meses siguientes y Nancy Cárdenas nos dijo: “quiero recoger todas las hojas volantes con el Manifiesto para que no nos persiga la policía”. Pero mi mamá me dijo sólo a mí: eso es una tontería, ese documento es un documento histórico que tiene que preservarse. Y afortunadamente se preservó esa copia que yo he difundido, se exhibió en una Semana Gay y difundiremos con el documental que elaboran unos amigos. La guardo con tanto cuidado que a veces no sé dónde está (risas).

PLAYBOY: ¿La redacción del documento es el acto más importante de ese movimiento?

RAMÓN: Es que luego la gente es muy chistosa. Dice: “ese fenómeno no existió, no es cierto”. Pero contra un documento qué puedes decir. Sí, yo creo que la redacción del Manifiesto es la acción más determinante porque es una formulación de principios en contra de la discriminación y la represión de la homosexualidad.

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Los logros en el activismo gay mexicano

PLAYBOY: A más de cuatro décadas de estos hechos, ¿cuáles fueron los logros y el legado de esa generación a la actualidad?

RAMÓN: El legado son, por ejemplo, las marchas, que son una manifestación de libertad y de aceptación del movimiento. Para mí es un movimiento que siempre debe seguir desde diversos ángulos y continuar su lucha, porque la represión sale por un lado o por otro. Seguimos luchando contra las clínicas de reconversión para que se consideren ilegales, por ejemplo. Uno de los grandes logros es que se hayan hecho leyes para que exista el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como la adopción de parejas gay. También ha creado un mayor respeto de la sociedad y mayor apertura en ciertos sectores y en ciertos estados y ciudades de la República. Por mi parte, estamos luchando para organizar una nueva edición del Festival Internacional de Cine Gay en la UNAM: un acto gratuito y de difusión cultural.

PLAYBOY: ¿Qué opina de la situación actual de la comunidad gay en México?

RAMÓN: Me parece bien todo el progreso que ha habido. Pero creo que no hay una conciencia de toda la lucha tan grande que se dio y que dan por hecho que esa libertad que existe nació de la nada. Pero hay que cuidarla, estar alerta y luchar siempre por ella.

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