Puedes verla de lunes a viernes a las 18:30 en Fuego Ardiente
De niña, Claudia Martín quería ser bailarina, pero su carrera la llevó a la actuación y en tan solo seis años se ha convertido en una favorita de las telenovelas. Sueña con tener su propia línea de ropa y se describe como una mujer de retos.
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De pequeña, ¿imaginaste que serías actriz?
¡Nunca lo imaginé! Lo cierto es que desde pequeña amaba estar en el escenario cantando o bailando. Estuve en el grupo folclórico del colegio y gracias a eso viajé a muchos lados a presentarme, como Costa Rica, Ecuador y Estados Unidos. En realidad, quería ser bailarina profesional de danza.
Konstantin Stanislavski tiene una de las frases más famosas en el mundo de la actuación: “No hay papeles pequeños, sólo artistas pequeños”. ¿Crees que tu carrera es prueba de ello al haber iniciado con un rol recurrente en Amores con trampa y ahora contar con varios roles principales?
Yo pienso que los personajes nos escogen a nosotros. He descubierto que cada personaje que he interpretado me ha enseñado algo que necesito aprender en esos momentos. Cualquier personaje lo puedes engrandecer con creatividad, pasión y entrega.
Muchos actores suelen temer el encasillamiento, pero tú cuentas con una diversidad de géneros y papeles que has acumulado en pocos años, ¿sueles buscar diversidad en los roles e historias que interpretas?
Me considero una mujer de retos, por lo cual siempre intento irme a los extremos a la hora de aceptar un nuevo proyecto. Pasé de protagonizar una historia con un personaje ciego a ser un personaje antagónico frío y calculador; después di vida a una protagonista que sufre un amor secreto y actualmente interpreto a una antagonista alegre y con muchos matices. Ahora mi reto es expandirme y poder darle vida quizás a algún papel ajeno a mi realidad.
En tu más reciente trabajo como Martina Ferrer en Fuego Ardiente, tienes un rol antagónico. ¿Qué diferencia a esta villana de otras que hemos visto anteriormente?
Martina es antagonista porque lucha por el amor de Gabriel pero en realidad es buena persona: es alegre, sin filtros y tiene mucha energía; es como un huracán que va desestabilizando todo lo que la rodea. Me ha encantado darle vida porque he podido explorar otra energía que no conocía de mí misma. Es como una montaña rusa, nunca sabes lo que pueda hacer o decir Martina.
¿Crees que hay puntos en común entre Claudia Martin y Martina Ferrer?
Siempre hay rasgos con los que me identifico en mis personajes, ya que es necesario sentir cierta empatía con ellos para poder interpretarlos. Con Martina tengo varias cosas en común: nos gusta la moda, somos testarudas, alegres y ambas algún día queremos lanzar nuestra propia línea de ropa. Martina me recuerda a la Claudia adolescente.
En México, la mayoría hemos visto alguna telenovela, ya fuera de pequeños o como adultos. ¿Qué papel crees que tienen estas en nuestra sociedad?
La telenovela es parte de nuestra cultura mexicana: el melodrama lo tenemos arraigado en nuestra idiosincrasia. Es un rasgo que nos sigue caracterizando como mexicanos y latinoamericanos. Está en nuestro ADN y creo que la telenovela juega un papel muy importante en cuanto a entretenimiento y forma de ver la vida, por eso tenemos la responsabilidad de hacer productos de calidad.
¿Y cuáles dirías son los prejuicios que rodean a esta industria?
El realizar una telenovela implica un equipo muy grande de profesionales. En total somos casi 250 personas contando todas las áreas; trabajamos a ritmos muy pesados de lunes a sábado con horarios de hasta 14 horas diarias, sin contar que vamos a contra reloj. Siempre intentamos hacer las cosas lo mejor posible en tiempo récord. A veces todo esto no se sabe, pero hay un gran esfuerzo detrás del pequeño cuadro que vemos en pantalla.
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¿Cómo crees que han cambiado las telenovelas en las últimas décadas?
Con la llegada de nuevas plataformas digitales las telenovelas han tenido que acortarse, ya los proyectos máximo duran 6 meses porque es mucha la oferta que existe. Yo creo que los cambios siempre son para bien y yo como actriz también tengo que ir evolucionando. Por ejemplo, la actuación se ha vuelto más natural y eso lo agradezco muchísimo.
Previo a tu primer papel, trabajabas en el departamento de vestuario de Televisa, ¿qué te llevó a cambiar de profesión?
Estando en el área de vestuario aprendí a desglosar los guiones y al estar en el set sentí el impulso de estar frente a las cámaras. Eso me llevó a audicionar para el CEA Televisa y renunciar a mi trabajo.
¿Consideras que ser parte del detrás de cámaras te preparó de una forma más completa para estar en pantalla?
Absolutamente. Puedo decir que como actriz tengo una visión más general de todo el proceso. Además, haber estudiado antes la carrera de comunicación audiovisual también me ayuda a observar con una perspectiva global. Puedo detectar lo que los directores pretenden al montar una escena; no solo en cuanto a mi personaje, sino a lo que desean lograr como objetivo general. También me ayudó mucho a comprender y respetar cada una de las áreas que trabaja en un proyecto.
También fuiste conductora invitada en Sale el Sol, ¿en qué otras áreas de la industria audiovisual y el entretenimiento te gustaría incursionar?
Fue una experiencia increíble estar en ese programa. Ahí comprendí que respeto mucho la labor de los conductores, es completamente distinto al mundo de la actuación. Quisiera seguir preparándome para tener mejores tablas actorales y también continuar incursionando como conductora a la par de mi carrera como actriz.
¿Cuál es el tipo de historia que te gustaría contar en el cine, ya sea como guionista o actriz?
Me gustan mucho los dramas donde las emociones y los sentimientos sean el eje central de la historia. Participar en un proyecto de época es uno de mis grandes sueños.
Además de la actuación, la escritura y la danza, ¿hay algún talento que no hayas mostrado al público aún?
También disfruto mucho cantar, pero es algo que todavía no me atrevo a hacer en público. ¡Espero algún día no muy lejano atreverme!
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