En el marco del mes del orgullo LGBT+, entrevisté a Tamara Adrián, una persona a la que varios medios han calificado como una de las 6 personas trans con mayor influencia en toda Latinoamérica.
No solo es diputada Federal en Venezuela y activista por los derechos LGBT+, particularmente de las personas trans, sino que forma parte de los comités más importantes en norte, centro y sur de este continente.
Además, es presidenta mundial del Comité del Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, el 17 de mayo.
Generalmente quien lo dice, sólo quiere ofender. Cada quien tiene necesidad de respetar y la obligación de respetar a cada una de las personas, y esa es la respuesta sencilla… cualquier persona trans o no trans tiene derecho a reproducirse.
¿Sabías que gran parte de los judíos fueron sometidos a esterilizaciones forzosas y que los gays fueron el tercer grupo, por número – en ser puestos en cámaras de gas por los nazis? En Berlín, frente al memorial del holocausto, hay un parque, y ahí, monumento al homocausto.
Esto es relevante, porque dada esa matanza a hombres gay y esa esterilización forzosa, es que se incluyó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el derecho al matrimonio y la reproducción sin restricción alguna.
¿Cuál será la razón por la que al hablar de los nazis y sus campos de concentración, mencionan judíos pero no a los gays?
Al invisibilizar hay una invalidación de la existencia misma, y por ende, la persona queda vulnerabilizada y susceptible de que se violen sus derechos humanos.
Recientemente se ha estudiado el número de las personas gay que fueron deportadas de distintos países a los campos de concentración pero en menor medida se ha mencionado sobre los que fueron esterilizados.
Justo el mes de junio tiene la intención de visibilizar su existencia. La mejor arma en su contra es hacer como que no existen, incluso si lo ejemplificamos con la violencia contra las mujeres, el arma perfecta es que permanezca como si no existiese.
La transfobia como forma de odio, que busca invisibilizar e invalidar a las personas trans, pretende desde el punto físico y social, hacer de ellas personas estériles, en el sentido de reproducirse y de producir. Se les margina.
En el caso de ellos, alrededor del 60% están desempleados, pero al menos el 40% tienen un trabajo digno, es decir, con seguridad social y otros beneficios.
El grado de educación en hombres trans es alrededor de 3 años mayor al de las mujeres trans, pues es mucho más común que éstas sean expulsadas de sus hogares alrededor de sus 15 años, truncando así la capacidad de si quiera terminar el bachillerato.
Así como normalmente una mujer tiene que demostrar que es 2 o 3 veces mejor que un hombre para llegar a la misma posición, una mujer trans tiene que hacerlo 4 o 5 veces, incluso más.
Desde años atrás colaboro con una ONG americana The Victory Institute, que surgió con la finalidad de romper la brecha que impedía a las personas LGBT participar en política.
Enseñamos una serie de técnicas, desde cómo hablar, cómo comportarse, cómo insertarse en un partido político y cómo exigir derechos. Toda una serie de competencias que van empoderando a las personas LGBT.
Se centran en estados Unidos y Canadá y han venido incursionando en América Latina y van a Europa del Este.
Proveer los servicios requeridos en el proceso de transición de cambio de género, un equipo de endocrinólogos, cirujanos, trabajadores sociales y que sea gratuito.
Pensando en el porcentaje de la población trans y que de ese porcentaje, solo el 30% lo solicita, el costo es insignificante para un estado.
Parar la castración de los niñes intersexuales. Muy pocos países, como Alemania, han prohibido que los niños que nacen como intersexuales sean sometidos a cirugías, castrándoles sin su consentimiento. Más del 50% de ellos al crecer, no se identifican con el sexo que les asignaron de bebés.
Ha habido suicidios de intersexuales que no era felices con su sexo y al enterarse que de bebés tenían otro, se quitan la vida. Es muy traumatizante.
La difícil vida de un niño transgénero
La palabra normalizar es muy discutible. Me gusta más el término naturalización de la diferencia.
Un estudio que apareció hace un par de años: mostró el nivel de rechazo a las comunidades LGBT, El pico de intolerancia baja muchísimo a los 17 años. La generación más tolerante es entre los 17 y los 30 años … pero a esa edad (a parir de los 30) empieza a subir nuevamente el pico de intolerancia, porque se han casado, ahora tienen hijos…
Cuando empieza a bajar drásticamente ese pico de intolerancia es a partir de los 70 años.
Haber sido corredactora de un documento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sobre atención a la salud de personas trans aprobada por la junta de los ministros de salud.
Haber formado parte del court group para la revisión del catálogo internacional de enfermedades de la OMS, que llevó a la despatologización de las personas trans.
He estado en todas las ocasiones (desde la primera-por cierto) en las que la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha aprobado las resoluciones a favor de las personas LGBT.