México ocupa el quinto lugar de los países del mundo en diversidad de plantas, animales y ecosistemas; aproximadamente el 6.5 por ciento de la biodiversidad global está en nuestro país. Sin embargo, miles de especies de flora y fauna están en peligro de desaparecer.
Ante este panorama desolador, la inquietud de la sociedad civil ha orillado a la búsqueda de soluciones capaces de detener, e incluso revertir el problema del cambio climático.
Huerto Roma Verde – Un pulmón para la ciudad
Todas las personas son importantes para realizar un cambio; pero las generaciones actuales, como los millennials, tienen mucha mayor información con respecto al problema ambiental.
Los millennials se caracterizan por tener una viveza, un interés, una creatividad, un modo disruptivo de gestionar el cambio. Son generaciones distintas, el nivel de información es diferente y de la sensibilizació.
Uno de los proyectos de mayor interés es el Tren Maya, pues no se ha dado a conocer la evaluación del impacto ambiental en la zona.
“El gobierno, siendo la autoridad ambiental del país, debería ser un ejemplo de todo. Sus instalaciones deberían ser eco-eficientes; por ahora, estamos atentos a la situación, es muy poco el tiempo que ha pasado, pero vamos a estar muy atentos de que las leyes mexicanas en torno al ambiente se cumplan”. – Diego Díaz Martín, Vitalis
Una organización ambientalista a nivel internacional, sin fines de lucro es Vitalis, la cual persigue que todas las personas se conviertan en agentes de cambio desde cualquier trinchera en la que se encuentren. surgió en el año 2000, y actualmente tiene presencia en Colombia, Estados Unidos, Venezuela y en México, a donde arribó en 2014.
Uno de sus grandes proyectos es el apoyo cada año a jóvenes a emprender en algún proyecto; todos, desde luego, enfocados a la preservación del medio ambiente. Se comprometen a escuchar la propuesta, a acompañarlos durante tres años para que puedan generar el mayor impacto con el menor costo, siempre de la mano de un grupo interdisciplinario que los orientará. Ante ello, busca el apoyo de la ciudadanía a través de donativos que van de los 10 dólares o el equivalente a la moneda nacional del país.
“Es mucho más importante hablar con una empresa contaminante y trabajar con ella para mejorar sus procesos internos, que amarrarnos a un árbol y decirles: “no vas a seguir contaminando esta área”, asegura. – Diego Díaz Martín, Vitalis