Paola “La Wera” Kuri: “me dijo que las niñas son de chocolate”
Jugadora por vocación, autora del libro “Tiempo de ser tú”, que se puede comprar en Amazon, y activista a través de #FutSinGénero. Paola “La Wera” […]
Jugadora por vocación, autora del libro “Tiempo de ser tú”, que se puede comprar en Amazon, y activista a través de #FutSinGénero. Paola “La Wera” Kuri nos contó del sexismo dentro y fuera de las canchas, sus primeras “cascaritas” y el uso político y social que puede tener el futbol.
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¿Cuándo fue la primera vez que se te antojó jugar una cascarita?
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Una fue en la escuela, cuando se armaba con mis amigos. Pero la cascarita más representativa fue cuando me invitaron a jugar al parque Villa Verdún. Era como la Champions de mis amigos de la escuela. Había como 50 chavitos y yo era la única niña, que así ha sido mi historia con el futbol.
Llegué, me arremangué la camisa, los pants y me volteé la gorra. Entré caminando como “vatito” a la cancha. Estaba muy nerviosa y fue como probarle a los niños que yo también sabía jugar, porque siempre que me aparecía, nunca me escogían o no me pasaban el balón. Siempre me decían: esto no es para ti.
Antes de esa, hubo más, entonces.
Es que, de niña, nunca jugué en equipos femeniles. Las primeras se organizaban con mis primos cuando venían de visita a la casa.
¿Te decían que las niñas tenían que jugar a las muñecas?
Me lo decían mis papás. Pero para mis primas era muy cool tener a una prima que jugaba futbol. Sólo que éramos muy atascados y siempre jugábamos los que sabíamos contra los que no sabían. Como yo era buena, me tocaba jugar contra toda la privada.
¿Alguna vez fuiste la última a la que escogían en las retas?
Una vez que nos invitaron a Yautepec, quedamos al final otra niña y yo y un niño dijo: “las niñas van dos por uno, porque son de chocolate”. Cuando ya empezó el juego, agarré el balón y no lo solté hasta que llegué a la portería y metí gol, sólo para demostrarle a ese niño que no éramos de chocolate.
A partir de ese día, me quedó que me encontraría a más hombres como él en el camino que eventualmente se convirtieron en la Federación Mexicana de Futbol, mis enemigos públicos.
Hace unos años, hubo protestas por la difusión del cuadro de un Zapata afeminado. Nos pesan muchos los roles impuestos de género.
No debería haber extremismo, porque el extremismo siempre conduce a la violencia y atacando no se consiguen los cambios. En México hay estereotipos de género y hay machismo. Se piensa que los hombres se deben dedicar a una cosa y las mujeres a otra.
Puedes acabar desviándote de lo que quieres por temor a las críticas. Pero a ver, yo no juzgo que a mi mamá no le gustara que yo jugara futbol porque en su panorama ni siquiera estaba considerado. En su época, no era una opción para las mujeres.
Pero cuando la educación nos enseña que sí se puede, está bien. Cuando yo estaba creciendo, no se hablaba de la mujer futbolista y entonces era obvio que yo quería ser como el hombre futbolista. Por eso nos toca ser los ejemplos. Para que las niñas y los niños vean que sí es posible.
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“Lisístrata” es una comedia griega en la que las mujeres realizan una huelga sexual para presionar a los hombres a terminar con una guerra, ¿qué necesitaría suceder para que en México los hombres abriéramos los ojos?
Los espartanos eran un ejército gay que era invencible porque peleaban por defender a sus amados. Lo digo sólo como dato agregado (risas). Es un error pensar que esta lucha sólo les corresponde a las mujeres. Luego hacen foros y sólo nos invitan a las mujeres.
Acaban haciendo el “Club de Toby” a la inversa y sólo le comunicas a otras mujeres lo que quieres y lo que necesitas. Para mí, es un error dejar al hombre de lado de este lucha. Por eso el nombre de nuestro movimiento es #FutSinGénero, porque aspira a que cualquier persona pueda hacer lo que quiera hacer sin que la bloquee un juicio social.
Pero hay que decir que los hombres no nos ayudamos. Como cuando les prometieron un bono a las Rayadas y aunque cumplieron con la meta, no se los dieron. Sólo obtuvieron un iPad. Al final, sí hay sexismo.
El futbol en México siendo un mundo de y dominado por los hombres. Las noticias más grandes son acerca de desigualdad. ¿Qué pasaría si se comunicaran igual las buenas noticias que las malas?
Vino esta decisión pésima de la directiva de obsequiarles un iPad a las Rayadas, lo cual le quita dignidad a su trabajo como jugadoras. Tomando en cuenta los bajos sueldos y la falta de prestaciones, ¡ninguna ahí juega por hacerse famosa o millonaria!
Me encantaría ver que ganara un equipo masculino y les dieran un iPad, ¿cómo reaccionaría la gente? Ahí te das cuenta que el género sí tiene mucho que ver. Mucha gente aboga que no es negocio. Pero si ves los números no es así. Los equipos femeninos sí llenan estadios. Tigres lo está haciendo muy bien. Sí les dio un bono a sus jugadoras, aunque quedaron subcampeonas.
Ahora, ojalá como se comunicó eso, se comunicara que participo en una campaña como “Desfronterízate”, que se trata de derribar muros, como cuando me decían que por ser mujer no podía jugar futbol.
Hace unos años me decían las marcas: “No es posible que una jugadora gane 3,500 pesos, ¿qué podemos hacer?” Yo les respondía: “inviértele a la jugadora, patrocínala, hazla tu embajadora, porque si se lo das a la Federación, no le llegará a ella. Todo mundo apoya, pero falta que hagamos acciones concretas.
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En la película “Un equipo muy especial”, las mujeres empiezan a jugar béisbol cuando los hombres se van a la guerra y el público primero se siente atraído a verlas porque las jugadoras son bonitas. En futbol americano existe una liga de jugadoras en lencería, la Lingerie Football League. ¿Cuesta trabajo que se separe cómo se ven las mujeres y se centre la atención en que están practicando un deporte?
Hice una maestría en empoderamiento de la mujer a través del deporte en Estados Unidos en la Universidad de Tennessee. Las personas que la impartían tenían PhD en Sports and Society. Me tocó hacer una investigación de por qué las mujeres dejaban de hacer deporte. Entre los 10 y los 15 años, a las niñas les empiezan a decir, sobre todo las mamás, que es muy importante que se arreglen, que se vean bien y que les gusten a los niños.
A esa misma edad, los niños que hacen deportes son atractivos, pero las niñas se tienen ue convertir en un objeto de presentación social que esté siempre arreglado y limpio. Pero el deporte va contra eso porque la niña suda. Es terrible.
Pero además, entre los deportes el primero que empezó a tener rating e igualdad de paga fue el tenis. Pero fue porque las mujeres que jugaban eran muy atractivas para los hombres que veían el tenis. Rusas espectaculares, rubias, que usaban minifalda.
Pero cuando se trata de una futbolista empiezan los comentarios machistas acerca de que deberían usar escote y unos shorts más pegaditos y entonces quizá les interesaría verlo.
En la maestría veíamos los “looks” y el “talent”. En los hombres lo primero en lo que la gente se fija es cómo juega. Si es guapo, es un valor agregado. Pero en las mujeres primero es ver si me prende y si tiene talento, me da lo mismo.
Si es la máxima goleadora como Lucero Cuevas, pero no les gusta, le decían cosas horribles. Nadie veía sus goles. A Oribe Peralta también lo molestaban por su físico, pero metía goles y le decían “hazme un hijo”. ¡Era un héroe nacional!
¿Ta han querido ver primero por bonita y después como deportista?
Sí, de hecho hay un tema importante. Yo me convierto en un “güeycito” porque nadie comprende que la gente corre y ya, como dice la campaña de “Run like a girl”. Así es de deporte. Pero también me gusta arreglarme y ser femenina.
Pero si hay otras que son menos femeninas, eso ya es de cada quien. En lo que hay que fijarse es si somos buenas deportistas. A mí me decían: “te vas a romper, estás muy finita para andar jugando”.
Megan Rapinoe se convirtió además en un símbolo de activismo a favor de la comunidad LGBT+ y en su momento, una crítica de Donald Trump. ¿Crees que el deporte también debería servir para hacer política?
El deporte no, pero las figuras deportivas sí. No para hacer política, pero sí para funcionar como agentes de cambio. Los futbolistas son escuchados y si respaldan luchas sociales, es muy bueno siempre y cuando se haga con conocimiento y responsabilidad.
No se trata de opinar por ser famoso, sino porque se sabe. Rapinoe lo ha hecho bien, aunque para mi gusto de una forma muy violenta. Mentarle la madre a tu presidente, por más que sea un idiota, no ayuda a generar un diálogo.
Pero es una chava muy preparada. Todo el equipo ha hecho mucho por la igualdad. Salen a rompérsela, a ganar copas del mundo y están muy comprometidas con la causa.
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Tienes un celular y es factible que te pueda llegar el video en el que los jugadores del América Sub 17 se burlan del performance de Las Tesis, ¿qué pasaría por tu cabeza?
Lo primero que pensé es que no podía ser. Fue una completa irresponsabilidad. Con toda la información que existe, tienes que pensar muy poco para burlarte de un movimiento que le está dando la vuelta al mundo y teniendo en México el problema de los feminicidios.
Creer que era muy gracioso ponerte a perrear semi desnudo una canción que hace burla a un himno feminista, fue muy irresponsable. No dejan de ser chavitos, pero son chavitos que ya tienen una voz.
Tristemente, tarde o temprano a todos los deportistas les llega el retiro, ¿cómo te visualizas a futuro? ¿Narrando, quizá?
Ya cumplí 32 y creo que voy a necesitar terapia cuando mi cuerpo ya no me dé para jugar futbol. Porque es mi mayor terapia. Mi momento más feliz. La sensación de meter un gol, correr y jugar con mis compañeras, no sé qué otra en la vida me lo pueda dar.
Me da miedo, lo acepto. Mi sueño era jugar con un club, pero cuando sucedió ya tenía un camino andado con #FutSinGénero y empezaron a buscarme niñas para decirme: “Wera Kuri, yo pensé que ya no podría, pero gracias a ti, sé que sí”. Así que mi sueño cambió.
Ahora sé que todo lo que hago, lo hago por ellas. Así que ese día rechacé el que pensé que era mi sueño y no lo era.