¿Hasta dónde ceder a los antojos?
Día a día nos enfrentamos a una situación conocida: de repente un chocolate, un dulce, unas papas fritas, galletas, helado y otros antojos ocupan por […]
Día a día nos enfrentamos a una situación conocida: de repente un chocolate, un dulce, unas papas fritas, galletas, helado y otros antojos ocupan por completo nuestra mente y nos surge un deseo repentino de consumirlo. Es importante no luchar contra el antojo sino identificar su origen, ya que en múltiples ocasiones este va ligado a emociones como tristeza, angustia, miedo, depresión, ansiedad, etc.
Los antojos aparecen por asociaciones positivas que hemos desarrollado en ciertos alimentos. Por ejemplo, la sensación de placer después de comer chocolate, o bien la sensación de profunda felicidad después de comer un delicioso platillo preparado por tu pareja. Cuando buscamos esa sensación de placer, felicidad o comodidad, estos alimentos a menudo nos vienen a la mente.
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Por lo que debemos de convertirnos en comedores intuitivos, realizando elecciones correctas de los alimentos que consumimos día a día.
Convertirse en un comedor intuitivo es un gran reto: es comer con atención plena, aplicando la filosofía de limpiar distorsiones y creencias para así lograr eliminar comedores emocionales y transformarlos en comedores inteligentes. Se trata de lograr comer con placer, hacer ejercicio con el objetivo de sentirte bien, rechazar la mentalidad de vivir a dieta, usar la información nutricional sin juicio, y respetar a tu cuerpo sin importar lo que pienses de su forma. Comer de esta forma se basa en escuchar tus señales internas.
Cada vez que te alimentas, es una oportunidad de nutrir tu cuerpo y ayudarlo a formar tejidos, hormonas, conexiones neuronales y tantas cosas más. Los alimentos son los vehículos para obtener vitaminas, minerales, antioxidantes y ácidos grasos omegas. La materia prima de todo tu cuerpo está presente en una dieta saludable y completa.
El problema ocurre siempre que uno “rompe” la dieta o recurrimos a esos antojos que aparecen con frecuencia, lo que se transforma a una, dos o tres comidas y a veces días en donde se suben más de 3 kilos perdiendo el control. Cada comida es única e irrepetible. Somos radicales y nuestra mente es todo o nada. Los pensamientos “mañana empiezo” y “como ya rompí la dieta, mejor me la sigo”, sólo llevan al individuo a mas dieta, compulsión, ansiedad, culpa y remordimiento y de nuevo más dieta más privación generando un círculo vicioso.
Podemos recurrir a nuestros antojos siempre y cuando te sepa a 10 de calificación. Cuando te sepa a 8: Detente. Aprende a honrar tu hambre.
Ejemplo: Un 10 es ese fondant de chocolate de tu restaurante favorito en el que llevas toda la semana pensando. Llega el fin de semana, lo pides y nada más de verlo empiezas a salivar. Claro que es un 10, cómetelo, disfrútalo, no sientas culpa después de consumirlo, procura evitar que tus creencias te frenen de disfrutar algo que en realidad te encanta. Pero al mismo tiempo, no te desconectes de tus sentidos ¿Qué pasa si a la mitad de ese fondant te das cuenta que te estás empalagando? ¿Ese siguiente bocado seguirá siendo un 10? ¿Qué tanto placer adicional te va a dar si continúas consumiéndolo?… Busca que cada bocado de lo que comas sea un 10 y si el fondant completo lo es, adelante, no te culpes, pero si no lo es ¿qué tanto vale la pena que ignores la señales que te da tu cuerpo y lo consumas ya sin placer?
También procura seguir la regla 80/20, en donde un 80% del tiempo debemos de cuidar los alimentos que consumimos y darnos un 20% de permiso para poder consumir aquellos que más se nos antojan.
Aquí te dejamos algunos consejos para convertirte en un comedor inteligente cuando esos antojos ocupen tu mente.
- No permitas que pasen muchas horas sin que hayas ingerido algún alimento, para prevenir que te veas expuesto a terminar comiendo cuando estés exageradamente hambriento.
- Empieza tu día con un licuado de proteínas, el cual te dará saciedad y evitará que estés picoteando a lo largo del día.
- Prohibir no es opción. Una de las mejores herramientas es posponer, el deseo intenso de un alimento dura entre 3 a 5 minutos, por lo que en este periodo podemos pararnos de nuestra silla a caminar un poco, abrir un libro, hacer una llamada por teléfono, tomar agua, lo que nos lleva a distraernos de esta situación. Si después de estas actividades continúas con el deseo, cumple tu antojo.
- Aumenta el consumo de verduras aún entre comidas, las cuales contienen fibra que ayudarán a brindarte saciedad.
- Trabaja en tu relación con los alimentos que comes a escondidas. ¿Qué piensas de ese alimento? ¿De donde viene el sentimiento de culpa al consumirlo? Posiblemente aumente tu obsesión con dicho alimento al comerlo en secreto, es importante trabajar los sentimientos de raíz relacionados a su consumo.
- Mantén tu hidratación a lo largo del día, principalmente en días calurosos o de mucha actividad, para evitar confundir la necesidad de nuestro cuerpo de beber agua por el consumo de alimentos altos en agua.
- Enciende una vela aromática o implementa la aromaterapia en tu día a día. Diversos aromas nos ayudan a lidiar con el estrés de nuestro día a día, el cual es una de las principales causas de los antojos.
- Duerme entre 7 a 9 horas diarias, muchas personas subestiman la importancia de un correcto descanso, si no dormimos adecuadamente tiende a aparecer el hambre intensa y por ende los antojos.
- Llena tu alacena de opciones saludables: nueces, almendras, pistaches, semillas de girasol o calabaza. No tienes que evitar comer cuando tengas hambre, pero elegir opciones llenas de nutrientes ayudarán a mantener el sentimiento de saciedad y además obtener beneficios de grasas saludables.
- Después de tus comidas termina 80% satisfecho. Observa que al terminar ligeramente satisfecho, tu energía es constante y puedes seguir con tus funciones del día, y por lo contrario cuando terminas de comer con un 120% tu energía es baja, estás cansado, y no puedes realizar lo que te gusta con buena atención. Para ello procura comer sin distracciones, mastica con calma tus alimentos y empieza a reforzar la decisión consciente de parar cuando ya estés 80% satisfecho o cuando ya no te guste el sabor de lo que comes.
- Conoce los momentos en los que surgen tus antojos ¿Es cuando estás estresado? ¿Cuándo estás aburrido? Trabaja en el sentimiento raíz de tus antojos, no en quitarlos sin averiguar el trasfondo de los mismos. Ej. Si te dan cuando estás aburrido, mantenerte ocupado realizando las actividades que más disfrutes te hará olvidarte de ellos.
- Medita, una de las principales causas de la aparición de antojos es el estrés. Meditar y realizar actividades que nos ayuden a relajarnos, nos ayudará a olvidarnos de antojos.
- Ten paciencia en el proceso de mejorar tus hábitos. Los antojos de años no los vas a eliminar de un momento a otro, se trata de trabajar la raíz de los antojos y eso lleva tiempo, así que sé paciente con el proceso.