El teatro de Úrsula Tinoco en Nueva York une cultura y conciencia social
Úrsula Tinoco, actriz mexicana radicada en Nueva York, celebra una carrera de teatro con conciencia social. Actualmente interpreta a Frida Kahlo y desarrolla obras infantiles que exaltan la cultura mexicana

Desde los escenarios íntimos del circuito Off-Broadway hasta los teatros experimentales de Manhattan, la actriz mexicana Úrsula Tinoco ha forjado una carrera sólida en la ciudad más competitiva del mundo para las artes escénicas. Radicada en Nueva York desde hace varios años, Tinoco no solo actúa: crea, denuncia, representa y transforma, siempre con un pie en sus raíces y otro en la realidad compleja de ser inmigrante.
Graduada del prestigioso Instituto Lee Strasberg de Teatro y Cine, Úrsula ha participado en más de 30 producciones y ha recibido 18 premios teatrales, entre ellos, cuatro premios HOLA, tres ACE y el Premio ARTE Internacional. Pero si algo ha aprendido en este camino, es que el éxito no siempre es inmediato. “Una cree que va a venir a Estados Unidos y la va a hacer en grande, pero no es así. Es una carrera dura, que exige mucho trabajo y conocimiento”, admite.
Teatro como herramienta de identidad y conciencia
A principios de este año, Úrsula participó en la obra “Building My Casa”, una producción de La MaMa Experimental Theatre Club, donde se abordan los choques de identidad, fracaso y alienación que enfrentan los inmigrantes latinos en Estados Unidos. “Hablamos de las expectativas que se tienen al llegar acá; de las que son verdad y las que son mentira”, explica.
La obra se presentó casi en su totalidad en inglés, pensada para el público estadounidense, como parte del compromiso de la actriz de tender puentes culturales y provocar conversación desde el escenario.
Actualmente, Úrsula interpreta a Frida Kahlo en “The Colors of Frida”, puesta en escena del Teatro SEA, uno de los espacios más importantes del teatro latino en Nueva York. “Frida vivió en esta ciudad muchos años junto a Diego Rivera. Representarla siendo mexicana es un honor. Su historia es poderosa, llena de dolor y valentía, y vale la pena contarla”, afirma con orgullo.
Una actriz con conciencia histórica
En paralelo, forma parte del elenco de “César Chávez and the Migrants”, donde da vida a una figura clave dentro del movimiento campesino. Por su participación, recibió el Premio LATA 2023 a Mejor Caracterización Femenina. La obra rinde homenaje al legado de César Chávez, activista y defensor de los derechos laborales en EE.UU., y representa un esfuerzo por acercar a las nuevas generaciones a su historia.
Y como si no fuera suficiente, también participa en “The True Story of Little Red Riding Hood”, una reinterpretación teatral del clásico cuento, que, como las otras dos producciones, incorpora títeres como parte del lenguaje escénico, algo que Úrsula considera un puente lúdico y poético entre el arte y el público.
Crear para resistir y contar
Además de actuar, Úrsula se ha convertido en artista residente de La MaMa, donde comienza a desarrollar sus propias obras. En colaboración con su hermana, la artista visual Mariana Tinoco, están creando una serie de espectáculos infantiles basados en sabores, historias y tradiciones de la cultura mexicana, también protagonizados por títeres.
“Aquí en Estados Unidos el uso de los puppets es muy común, tanto en obras para adultos como en infantiles. Yo los uso en mis tres proyectos actuales porque permiten representar emociones, metáforas y cultura de una forma muy cercana”, cuenta.
Sobre la inteligencia artificial, Úrsula mantiene una postura abierta pero firme: “No la condeno. Puede ser una herramienta útil para los artistas, pero no debe reemplazar el talento humano”.
Una voz mexicana que resiste en Nueva York
Úrsula Tinoco representa a una generación de artistas que han decidido quedarse, resistir y construir desde el arte un puente entre culturas. Desde el rostro de Frida Kahlo hasta las historias de migrantes o cuentos para niños, su trabajo en Nueva York es una declaración de identidad, memoria y pasión escénica.