“Tod@s, algunxs o ningune”: el poder del lenguaje contra el machismo
El lenguaje nos permite entender y describir el mundo, y si es sexista, nuestro pensamiento también lo es ¿Pueden las palabras ser arma contra el machismo?
El lenguaje forma parte de nuestra identidad y configura nuestra visión del mundo, al tiempo que la refleja y transforma. No es de extrañar que los finlandeses tengan 40 palabras diferentes para referirse a la nieve, dado que conviven con largos y fríos inviernos; que cuando hablamos de un avión pensemos en un medio de transporte y no el ave que inspiró su nombre; o que nuestro vocabulario actual se haya expandido para reflejar la nueva cotidianidad donde googleamos constantemente y nos encanta tomarnos selfies.
Frases y expresiones dan cuenta de nuestro entorno y forma de vida, por lo que analizar el vocabulario de una comunidad nos permite ver lo que considera importante y percibir su visión del mundo. Cuando somos niños y aprendemos nuestro idioma, también adoptamos la visión cultural que conlleva, incluso si no nos damos cuenta.
Lenguaje inclusivo y la batalla con la RAE
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El lenguaje evoluciona y se adapta a los cambios de la sociedad, instituciones como la RAE no lo determinan, sino que se encargan de registrar los cambios. Sin embargo, uno de los puntos que se debate con frecuencia en torno al feminismo es la admisión o importancia de un lenguaje inclusivo.
Son pocos los que se oponen a la feminización de palabras referentes a cargos ocupados por mujeres tales como presidenta, abogada o ingeniera; sin embargo, uno de los temas que más polémica (y cierta burla) causa es la búsqueda de nuevas formas de referirse a colectivos, pues debido a que en el español se ha hecho uso del masculino como genérico, el lenguaje “tiende a la ocultación de las mujeres en el lenguaje”.
Misandria, Feminismo, Machismo y otros conceptos que debes conocer
Ante esta situación se han puesto un par de soluciones sobre la mesa: la visibilización de las mujeres con la duplicación (ej. las y los doctores) o el uso de términos neutros, para lo que se ha apelado al uso de la arroba, la equis o la e para indicar un género neutro. Pero, ¿es realmente un asunto de buscar genéricos neutros?
Si existe resistencia para la transformación del lenguaje, esto tiene que ver más con las ideas preconcebidas que tenemos sobre lo masculino y femenino, que con las palabras por sí solas.
“Eulália Lledó, catedrática de literatura catalana y experta en coeducación que lleva años desarrollando las denominaciones de cargos y oficios en femenino para dar visibilidad a las mujeres, se ha topado con esas resistencias. En su catálogo de profesiones de la A a la Z en masculino y femenino, Lledó explica cómo hay quien pone trabas a emplear el femenino en oficios como músico aduciendo que se puede confundir con la música como arte pero no ve ese problema de confusión con objetos o adjetivos cuando se trata de masculinos como frutero, sereno o estadístico, por ejemplo.”
“El Sexismo que ocultan las palabras”, La Vanguardia
El machismo en el lenguaje
El lenguaje sigue siendo una herramienta humana y no es la gramática la culpable del sexismo. Como señalan Aguas Vivas Catalá y Enriqueta García Pascual, profesoras y feministas, “Lo que hay que analizar no es el sexismo en el lenguaje, sino el sexismo en el uso del lenguaje“.
Hay frases que manifiestan subtexto machista de forma muy clara como “eres una nena” o “hijo de puta” e incluso expresiones que aunque debieran tener el mismo significado, se interpretan de formas diferentes según se refiera a hombres o mujeres. Tal es el caso de hombre público y mujer pública, que ha causado polémica por la forma en que está registrado en el Diccionario de la RAE.
Y no es el único caso, existen diversidad de expresiones que utilizamos sin pensar demasiado, pero si nos detenemos a analizar, nos damos cuenta de que con su uso, ayudan a perpetuar ideas machistas.
- “Un hombre y una mujer no pueden ser amigos”
- “A ti lo que te hace falta es un novio”
- “Corres/gritas/juegas como niña”
- “Calladita te ves más bonita”
- “Los hombres no lloran”
- “Qué suerte, tu marido te ayuda en casa”
- “Seguro está en sus días”
¿Es necesario cambiar el lenguaje?
En este panorama, no falta los que cuestionan si buscar una transformación del lenguaje es o no una batalla superficial, ante a la lucha contra la discriminación, la violencia o las brechas salariales. Pero lo cierto es que el lenguaje es el filtro a través del cual percibimos el mundo, y si es sexista, también influye en nuestro pensamiento.
Sin embargo, tampoco podemos suponer que la imposición de cambios en la lengua transformará automáticamente el pensamiento machista. El lenguaje evoluciona a medida que la sociedad lo hace y un cambio en el lenguaje debería reflejar las transformaciones que se van presentando.
Pero una transformación es necesaria y si tratamos activamente de modificar nuestras formas de expresarnos y ser conscientes de las instancias en que es sexista, redefinir términos que minimizan o desestiman a la mujer, así como enseñar a las nuevas generaciones a eliminar el lenguaje machista, puede ser un paso en la dirección correcta.